No encuentro ningún registro de ningún santo eminente que haya descuidado estos ejercicios espirituales. Son los canales designados por medio de los cuales el Espíritu Santo nos suple gracia fresca al alma y fortalece la obra que comenzó en el hombre interior. Llámenle los hombres doctrina legalista a esto si quieren, pero nunca dejaré de declarar que creo que no hay ganancia espiritual sin dolor.