Si existe alguna certeza acerca del futuro, es la certeza de que habrá un juicio; si hay alguna certeza en cuanto a ese juicio, es que las “obras” serán consideradas y examinadas (Jn. 5:29; 2 Co. 5:10; Ap. 20:13). El que supone que las obras no son importantes porque no pueden justificarnos, es un cristiano muy ignorante.