Supongamos por un momento que se le permitiera entrar al cielo sin santidad. ¿Qué haría? ¿De qué podría disfrutar allí? ¿A cuáles de todos los santos se acercaría y al lado de quién se sentaría? Sus placeres no son los placeres de usted, ni sus gustos los gustos de usted, ni su carácter el carácter de usted. ¿Cómo podría ser feliz, si no fue santo en la tierra?