El verdadero cristiano es llamado a ser un soldado y debe comportarse como tal desde el día de su conversión hasta el día de su muerte. No es la intención que viva una vida a sus anchas, indolente y segura. No debe imaginarse nunca, ni por un momento, que puede hacer su trayectoria al cielo dormido o medio dormido, como si estuviera viajando en un carruaje muy cómodo. Si adopta sus normas del cristianismo de los hijos de este mundo, quizá se contente con estas nociones, pero no encontrará en la Palabra de Dios nada que las justifique. Si la Biblia es su regla de fe y práctica, tiene que
...more