Fe es la exclamación de Pedro, cuando empezaba a hundirse en el agua: “¡Señor, sálvame!” (Mt. 14:30). Seguridad es ese mismo Pedro declarando tiempo después ante el Concilio: “Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hch. 4:11, 12).