Me resulta difícil creer que cuando esa parte maravillosa de nuestro ser llamada conciencia está realmente despierta y viva, un cristianismo ceremonial sensual nos satisfaga plenamente. A un niñito se le puede tranquilizar y entretener fácilmente con juguetitos y sonajeros mientras no tenga hambre; pero en cuanto lo siente, sabemos que comer es lo único que lo satisfará. Sucede lo mismo con el alma. Música, flores, velas, incienso, estandartes, procesiones, vestiduras hermosas, confesionarios y ceremonias de carácter similar a las católicas romanas hechas por el hombre, lo satisfarán bajo
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