El propósito del alma es aprender de la experiencia y adquirir sabiduría, pero si te has quedado atrapado en una emoción, nunca aprendiste de la experiencia, no superaste esta emoción ni la transformaste en conocimiento. Mientras este sentimiento siga anclando tu mente y tu cuerpo a aquellos episodios del pasado, no serás libre para pasar al futuro.