Si eliminas los estímulos del mundo exterior cerrando los ojos y calmándote (reduciendo los estímulos sensoriales), aquietando el cuerpo y dejando de centrarte en un tiempo lineal, advertirás lo que estás pensando y sintiendo. Y si empiezas a fijarte en tus estados inconscientes de la mente y el cuerpo y logras «conocer» tus programas automáticos inconscientes hasta ser consciente de ellos, ¿estarás meditando?