En marzo de 1987, hubo un miniplan que logró desacelerar la inflación, que había llegado al 8,2% mensual y que dos meses más tarde cayó al 3,4% mensual; en octubre otro plan logró que bajara del 10,3% a 3,4%. En agosto de 1988, cuando la inflación parecía nuevamente desbocada —había llegado a 27% mensual—, se lanzó el Plan Primavera, que logró bajar la inflación rápidamente al 6% mensual.

