Se consideran, para ello, los tres tipos de crisis que el país experimentó durante los últimos setenta años y que tuvieron impactos muy distintos: las crisis de balanza de pagos, que fueron las más simples y menos disruptivas; las macrofinancieras, que combinaron recesión con crisis bancarias y de deuda y que fueron las más complejas de sobrellevar, y la crisis hiperinflacionaria, que no por breve fue menos traumática.

