había un segundo problema más restrictivo aún y fue que, ante una posible salida de depósitos en dólares, el Banco Central no tenía suficientes dólares en las reservas para darles liquidez a los bancos. Este es el problema que genera tener un sistema financiero que funciona en una moneda que el Banco Central no puede emitir, cosa que no pasó ni en los Estados Unidos ni en el Reino Unido cuando fue necesario emitir dólares o libras esterlinas para afrontar la crisis financiera de 2008.

