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«ilusión del indulto». Se trata del proceso de consolación que desarrollan los condenados a muerte antes de su ejecución; conciben la infundada esperanza de que van a ser indultados en el último minuto.
«Hay cosas que pueden hacerte perder la razón, a no ser que no tengas ninguna razón que perder».
el amor es la meta última y más alta a la que puede aspirar el hombre.
la salvación del hombre consiste en el amor y pasa por el amor.
Comprendí que un hombre despojado de todo todavía puede conocer la felicidad —aunque sea solo por un instante— si contempla al ser amado.
El humor es otra de las armas del alma en su lucha por la supervivencia.
Los intentos por desarrollar el sentido del humor y ver la realidad bajo una luz humorística constituyen una especie de truco que aprendemos en el arte de vivir.
Nadie puede juzgar, a menos que pudiera asegurar, con absoluta certeza, que no habría hecho lo mismo en una situación semejante.
La propia irritabilidad adquiría proporciones desmesuradas al confrontarse con la apatía de los demás,
El hombre puede conservar un reducto de libertad espiritual, de independencia mental, incluso en terribles estados de tensión psíquica y física.
al hombre se le puede arrebatar todo, salvo una cosa: la libertad humana —la libre elección de la acción personal ante las circunstancias— para elegir el propio camino.
el tipo de persona en que se convertía cada prisionero era más el resultado de una decisión personal que el producto de la tiranía del Lager.
Precisamente esa libertad interior, que nadie puede arrebatar, confiere a la vida intención y sentido.
La experiencia indica que el sufrimiento es parte sustancial de la vida, como el destino y la muerte. Sin ellos, la existencia quedaría incompleta.
Cualquier hombre, a lo largo de su vida, se verá enfrentado a su destino y tendrá la oportunidad de convertir un puro estado de sufrimiento en una hazaña interior.
El vocablo latino finis posee dos significados: «final» y «meta a alcanzar».
Un hombre que no vislumbraba el fin de su «vida provisional» tampoco podía aspirar a una meta.
las circunstancias excepcionalmente adversas otorgan al hombre la oportunidad de crecer espiritualmente más allá de sí mismo.
las palabras de Bismarck: «La vida es como visitar al dentista. Siempre crees que lo peor aún está por llegar, cuando en realidad ya ha pasado».
Quienes conocen la estrecha relación entre el estado de ánimo de una persona —su valor y su esperanza, o la falta de ambos— y la capacidad de su sistema inmunológico comprenderán que la pérdida repentina de esperanza puede desencadenar un desenlace mortal.
Las palabras de Nietzsche «quien tiene un porqué para vivir puede soportar casi cualquier cómo»
Debemos aprender por nosotros mismos, y enseñar a los hombres desesperados, que en realidad no importa lo que esperamos de la vida, sino que importa lo que la vida espera de nosotros.
vivir significa asumir la responsabilidad de encontrar la respuesta correcta a las cuestiones que la vida plantea, cumpliendo la obligación que nos asigna.
Esta unicidad y esta singularidad que diferencian a cada individuo y que confieren un sentido a su vida se fundamentan en el trabajo creador y en la capacidad de amar. Cuando uno se percata de la imposibilidad de sustituir a una persona, la responsabilidad que el hombre debe asumir ante el sentido de su existencia y su continuación aparece en toda su magnitud.
Y cité a Nietzsche: «Todo lo que no me destruye me hace más fuerte».
hay dos razas de hombres en el mundo, solo dos: la de los hombres decentes y la de los indecentes. Ambas se mezclan en todas partes y en todas las capas sociales. Ningún grupo social se compone exclusivamente de hombres decentes o indecentes.
se denomina en psicología «despersonalización». Todo parecía irreal, improbable, como un sueño.
nadie tiene derecho a hacer el mal, aunque se haya sufrido una atroz injusticia.
En el psicoanálisis, el paciente se tiende en un diván y cuenta cosas que no son agradables de decir.
En la logoterapia, en cambio, el paciente permanece sentado, bien derecho, y tiene que oír cosas que no son agradables de escuchar.
La logoterapia, también denominada, «Tercera Escuela de Viena de Psicoterapia», se centra en el sentido de la existencia humana y en la búsqueda de ese sentido por parte del hombre.
De acuerdo con la logoterapia, la primera fuerza motivadora del hombre es la lucha por encontrar un sentido a su vida.
el hombre no inventa el sentido de su vida, sino que lo descubre.
el hombre no actúa para satisfacer su impulso moral, silenciando así su conciencia; lo hace para lograr una meta con la que se identifica, o por una persona a la que ama o por la gloria de Dios.
Nietzsche: «Quien tiene un porqué para vivir puede soportar casi cualquier cómo».
Lo que el hombre necesita no es vivir sin tensión, sino esforzarse y luchar por una meta que merezca la pena.
Lo penoso de esto es que quizá muchos no saben qué hacer con tanto tiempo libre.
el sentido de la vida difiere de un hombre a otro, de un día a otro y de una hora a otra.
Ser hombre implica dirigirse hacia algo o alguien distinto de uno mismo, bien sea para realizar un valor, bien para alcanzar un sentido o para encontrar a otro ser humano.
Cuanto más se olvida uno de sí mismo —al entregarse a una causa o a la persona amada—, más humano se vuelve y más perfecciona sus capacidades.
el sentido de la vida cambia continuamente, pero nunca cesa.
De acuerdo con la logoterapia, podemos descubrir el sentido de la vida de tres modos: (1) realizando una acción; (2) aceptando los dones de la existencia; (3) por el sufrimiento.
El amor es la única vía para llegar a lo más profundo de la personalidad de un hombre. Nadie conoce la esencia de otro ser humano si no lo ama. Por el acto espiritual del amor se contemplan los rasgos esenciales de la persona amada; incluso su potencialidad, lo que aún no ha sido revelado. Aún más: mediante el amor, la persona que ama capacita al amado a actualizar sus posibilidades ocultas. El amor consigue que el otro realice su potencialidad personal.
Cuando hay que enfrentarse a una situación inevitable, inapelable e irrevocable (una enfermedad incurable, un cáncer terminal), la vida ofrece la oportunidad de realizar el valor supremo, de cumplir el sentido más profundo: aceptar el sufrimiento. El valor no reside en el sufrimiento en sí, sino en la actitud frente a él, en la capacidad de soportarlo.
El sufrimiento, en cierto modo, deja de ser sufrimiento cuando encuentra un sentido, como ocurre en el sacrificio.
El placer es, y así debe seguir siendo, un efecto secundario, y se destruye o malogra si se hace de él un fin en sí mismo.
«El neurótico que aprende a reírse de sí mismo puede estar en camino de gobernarse a sí mismo, tal vez de curarse».
La intención paradójica no es una panacea, pero sí un instrumento útil en el tratamiento de las situaciones obsesivas, compulsivas y fóbicas, en especial cuando subyace la ansiedad anticipatoria.
El vacío existencial es la neurosis colectiva más frecuente en nuestro tiempo. Se la describe como una forma privada y personal de nihilismo, y el nihilismo se define por la radical negación de sentido del hombre.
hombre es un ser finito y su libertad está limitada. No se trata, pues, de liberarse de los condicionantes (biológicos, psíquicos, sociológicos), sino de la libertad para adoptar una postura personal frente a esos condicionantes.