En las últimas décadas estos problemas se han agudizado debido a la progresiva automatización, que ha incrementado el tiempo de ocio de los trabajadores. Lo penoso de esto es que quizá muchos no saben qué hacer con tanto tiempo libre.
Esta formulación carece de sentido en 2024. Las jornadas laborales de ocho horas de Occidente eliminan casi todo el tiempo diario, siendo el ocio la primera víctima. Además, los bajos salarios también coartan el posible ocio. No sobra tiempo, falta. Afirmar que necesitamos estar ocupados trabajando es una estafa capitalista.