¿Qué tienen que ver los escuderos con las aventuras de sus señores? ¿Hanse de llevar ellos la fama de las que acaban y hemos de llevar nosotros el trabajo? ¡Cuerpo de mí! Aun si dijesen los historiadores «El tal caballero acabó la tal y tal aventura, pero con ayuda de fulano su escudero, sin el cual fuera imposible el acabarla…». Pero ¡que escriban a secas «Don Paralipómenon de las Tres Estrellas25 acabó la aventura de los seis vestiglos», sin nombrar la persona de su escudero, que se halló presente a todo, como si no fuera en el mundo!

