¿Qué diablos os proponéis hacerle a mi ciudad, payasos? —preguntó airado, y miró hacia Vetinari, sentado en su palco en mitad de la grada. Alzó la voz—. Me he estado dejando la piel durante este último mes para encarrilar el Acuerdo VK y resulta que, justo cuando los enanos y los trolls se están dando la mano, la mar de amigos, a vosotros os da por empezar vuestro propio VK.