Naird

35%
Flag icon
Sí, sí. Pero quiero decir poco a poco, como si no tuvieras prisa por llegar y no te importase —dijo—. Imagina que eres un ave en el aire, un pez en el mar. Luce el mundo. —Ah, vale —dijo Juliet, y arrancó de nuevo. Para cuando hubo cruzado media sala por segunda vez, Pepe se había echado a llorar. —¿Dónde ha estado? ¿Dónde le enseñaron? —chilló, mientras se daba una palmada en las mejillas con ambas manos—. ¡Tienes que contratarla ahora mismo!
El atlético invisible
Rate this book
Clear rating
Open Preview