Naird

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Y cuando volvieron —dijo Ridcully, con la misma jovialidad ligeramente amenazadora—, les hizo jugar aquí en la Sala con los ojos vendados. Huebo carraspeó, algo desasosegado. —Es crucial que sepan dónde están todos los demás jugadores —explicó—. Es esencial que formen un equipo. —Y después los llevó a ver los perros de caza de lord Óxido. Huebo volvió a carraspear, más avergonzado si cabe. —Cuando cazan, todos los perros conocen la posición de los demás. Quería que entendiesen la dualidad de equipo y jugador.
El atlético invisible
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