Cuando los reyes luchan contra otros reyes y ganan, le cortan la cabeza al perdedor, ¿verdad? —planteó Glenda. —A veces —respondió Hix. —Lo que digo es que no puede culparse a un arma de cómo la usan. ¿Cómo es eso que dicen? La gente no puede evitar que la hayan hecho como es. Y creo que a los orcos los hicieron.