Naird

65%
Flag icon
Ah, sí —dijo Huebo, cuyo tono de voz cambió ligeramente—. ¿Estamos cómodos, señorr Huebo? Sí, gracias. Las cadenas casi ni se notan. Perrfecto. Ahorra, hábleme de su madrre, señorr Huebo. Conozco el concepto, pero que yo recuerrde nunca he tenido una madrre. Gracias por prreguntarr, de todas formas.
El atlético invisible
Rate this book
Clear rating
Open Preview