Se relajaron un poco, pero no demasiado. En esas circunstancias de esfínter tenso, bastaba con un idiota… Al final, fue suficiente con una persona muy lista, cuando Huebo se volvió hacia Algernon, el Stollop más joven, y dijo con desenfado: —¿Sabía, señor, que su presente situación es muy similar a la descrita por Vonmausberger en su tratado sobre su experimento con ratas?