Mi querida señorita, cualquiera lo bastante borracho para dejar que unos magos, que a su vez habían bebido copiosamente del fruto de la vid, permítame añadir, le sacaran cualquier cosa del cuerpo, ya habría muerto de la intoxicación. Para atajar su siguiente comentario, el lúpulo también es una vid, técnicamente. La verdad es que sí estoy borracho. ¿No es así, Drumknott? —Es cierto que consumió unas doce pintas de una bebida malteada muy potente, señor. En teoría, tiene que estar borracho. —Idiosincrásicas palabras, Drumknott. Gracias.