En ese caso —prosiguió, en el repentino silencio—, he elaborado, en referencia a las tablas caloríficas, un régimen que proporcionará a todos los presentes tres comidas nutritivas al día… El prefecto mayor arrugó la frente. —¿Tres comidas? ¿Tres comidas? ¿Qué clase de persona toma tres comidas al día? —Alguien que no puede permitirse nueve —respondió Ponder tajante—. Podríamos estirar el dinero si nos concentramos en una saludable dieta de cereales y verduras frescas. Eso nos permitiría mantener la tabla de quesos con un surtido de, pongamos, tres variedades.