Y así aparecían otras personas como el señor Fuerteenelbrazo, un enano, que vendía productos de belleza para la señorita y la señora troll, a través de mujeres como Glenda, una humana, porque, a pesar de que hoy en día enanos y trolls eran oficialmente grandes amigos gracias a algo llamado Acuerdo del Valle del Koom, esa clase de cosas solo significaba algo para la clase de gente que firmaba tratados. Ni siquiera el enano más bienintencionado recorrería algunas de las calles por las que Glenda, todas las semanas, arrastraba su lamentable maleta