Llamaron con suavidad a la puerta. El patricio devolvió su atención al Times mientras Drumknott salía de la sala. Tras un intercambio de susurros, el secretario regresó. —Al parecer una joven ha entrado por la puerta trasera sobornando a los guardias, señor. Ellos han aceptado los sobornos, en cumplimiento de sus órdenes vigentes, y la han hecho pasar a la antesala, donde pronto se descubrirá encerrada con llave. Desea verle porque, según dice, tiene una queja. Es una doncella.