Señorita… Habichuela, hay salas enteras en este palacio llenas de personas que quieren verme, y son personas poderosas e importantes, o por lo menos eso creen ellas. Aun así, el señor Drumknott ha tenido la amabilidad de insertar en mi agenda, por delante del director general de Correos y el alcalde de Sto Lat, una reunión con una joven cocinera que lleva su abrigo sobre el delantal y está decidida a, pone aquí, «cantarme las cuarenta».