todas nuestras ideas humanistas son relativas. En situaciones extremas, el hombre, en realidad, no tiene nada que ver con cómo lo describen en los libros. A hombres como los que aparecen en los libros, yo no los he visto. No me he encontrado a ninguno. Todo es al revés. El hombre no es un héroe. Todos nosotros somos vendedores de Apocalipsis. Los grandes y los pequeños.