Santiago

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Estoy convencido de que una democracia que contribuya al desarrollo integral del hombre no puede subsistir sin Dios. Cuando un jefe de Estado dice que Dios se halla por encima de él, es más fácil que su conciencia lo llame a la humildad y al servicio. Sin referencias cristianas, en la ignorancia de Dios, una democracia se convierte en una especie de oligarquía, un régimen elitista y desigualitario. Como siempre, el eclipse de lo divino significa la degradación del hombre.
Dios o nada
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