Pero cuando lucha por una buena causa, como su destino, usted toma decisiones buenas y razonables porque no se trata realmente de usted; se trata de su llamado para servir a la humanidad. Contrariamente, cuando su lucha se trata del ego puede tomar todo tipo de decisiones estúpidas e irracionales porque el ego le dice que lo único que es importante es usted.