opulenta? No se desanime si nadie lo entiende: tan solo aférrese a su visión, porque sin importar quién sea usted, no llegará allí de la noche a la mañana. Cuando parece que el Destino se le está escapando entre los dedos, cierre su puño de la imaginación y declare: “Es mío y no lo dejaré escapar, ¡no me importa lo que tenga que pasar!”.