»No es correcto que una sola persona reciba el mérito cuando se necesitan muchas como ella para crear una organización con éxito —afirma Sinegal—. Cuando alguien intenta ser el más importante, no actúa con lealtad. Si no puede conceder el mérito a los demás (o aceptar la culpa personalmente), se desvanecerá por su incapacidad de inspirar a los demás.»

