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Wassugani),
terebinto
Homero, un aedo ciego,
Para disponer de una respuesta científica definitiva, tendremos que esperar los resultados de la prueba de radiocarbono practicada a las vasijas llenas de trigo recuperadas en el verano de 2012.
Se dice que la casualidad favorece a quien sale a buscarla,
Fue descifrada con bastante rapidez y hoy la llamamos ugarítico. Usaba uno de los sistemas de escritura alfabética más antiguos conocidos; aunque en realidad, en los textos había dos sistemas de escritura alfabética, uno con veintidós signos, como el alfabeto fenicio, y el otro con ocho signos adicionales.[4]
es posible que, en aquella época, en Ugarit el comercio de caballos fuese una actividad protegida por el estado. Una carta de la misma época, encontrada en la Casa de Rapanu y enviada por el rey hitita Tudhaliya IV a Ammistamru II, afirma que el rey de Ugarit no debe permitir la exportación de caballos a Egipto por parte de mensajeros/comerciantes egipcios o hititas.[21]
En Megido —el emplazamiento del Apocalipsis bíblico, sito en el valle de Jezreel del Israel moderno—, se han descubierto cerca de veinte ciudades, en estratos, una encima de otra. De estas, la séptima ciudad tuvo dos fases, denominadas VIIB y VIIA, que fueron destruidas de forma violenta o bien en los siglos XIII y XII a. C., respectivamente, o tal vez en un solo asalto en el siglo XII
estas categorías, tal como ha señalado el arqueólogo británico Guy Middleton, podrían añadirse la de «permanencia» y «capacidad»: los factores que contribuyen al deseo de permanecer en casa, pese a todo, y los factores relativos a la capacidad de emigrar de hecho, entre ellos el conocimiento de las técnicas de navegación, de las rutas transitables, etc.[14]
Journal of Archaeological Science,

