Me estás introduciendo en una nueva clase de soledad, Brita. Qué agradable resulta pronunciar tu nombre. La soledad que supone la certeza de que nadie habrá de oírme hasta transcurridas algunas horas o algunos días. Aunque me imagino que controlas tus mensajes constantemente. Que te comunicarás con tu máquina desde puntos lejanos. Esa frase (comunicarte con tu máquina) contiene una enorme violencia.

