Karen paseó la mirada por la pantalla, estudiando a ambas. Era una muchacha accesible. Lo absorbía todo, lo creía todo, el dolor, el éxtasis, la comida para perros, los sueños seráficos, la felicidad infantil que descendía desde el aire. Scott la miró y esperó. Llevaba en sí misma el virus del futuro. Palabras de Bill.

