La brutalidad y la dominación, corrientes en las sociedades animales, se ven acompañadas ya en los chimpancés (Pan troglodytes) por actos de crueldad gratuita hacia el animal más débil. Esta tendencia alcanza el máximo en las sociedades humanas primitivas, y entre los niños y adolescentes de las sociedades desarrolladas. Más tarde aparece la piedad, o identificación con el sufrimiento del prójimo; esta piedad se sistematiza rápidamente en forma de ley moral.