Al principio era más bien un lugar alternativo, de nueva izquierda; ahora se ha vuelto New Age; las cosas no han cambiado tanto. En los años setenta ya había interés por las místicas orientales; hoy sigue habiendo un jacuzzi y masajes. Es un sitio agradable, aunque un poco triste; aquí dentro hay mucha menos violencia que fuera. El ambiente religioso disimula un poco la brutalidad de los ligues. Pero aquí hay mujeres que sufren. Los hombres que envejecen solos son mucho menos dignos de compasión que las mujeres en la misma situación. Ellos beben vino malo, se quedan dormidos, les apesta el
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