admitía cada vez más que, normalmente, las condiciones económicas deben tender hacia una cierta igualdad. Tanto los políticos como los empresarios citaban con frecuencia el modelo socialdemócrata sueco. Así que Bruno no se veía muy empujado a dominar a sus contemporáneos gracias al éxito económico. A nivel profesional, su único objetivo era –muy sensatamente– identificarse con esa «gran clase media de límites poco definidos» que más tarde describió el presidente Giscard d’Estaing.

