Si aquel proyecto democrático no triunfó plenamente fue debido a tres poderosas razones: ante todo, a la intolerancia y la ceguera de la Iglesia y los conservadores; a la falta de una base social (una clase media significativa) que sustentara el programa liberal, y al papel de los dos místicos del poder –Juárez y Díaz– que decidieron posponer la democracia y adoptar el esquema político conservador bajo formas liberales.

