Una de las reglas de la Economía de la Atención es “no aburrir”. Es la regla principal. ¿Y cuál es la mejor forma de hacerlo? Empleando las armas del cine, y del relato corto, es decir, combinando palabras para que susciten una batería de imágenes sugestivas en los lectores. Las metáforas, las parábolas y las fábulas son la forma más antigua de contar cosas y no han perdido nada de eficacia.

