Llegamos a saber que todo lo que Yeshua hizo, nosotros también lo podíamos hacer. Tal vez, lograríamos hacer aún más que eso antes de terminar nuestro tiempo en el plano terrenal. Yeshua había enfatizado y apoyado constantemente nuestro poder soberano como Cristos iniciados. Nos recordó que nosotros también podíamos ser Cristos y que, como hermano y amigo, él era igual a nosotros ante los ojos de nuestro Creador. Voy a añadir además que, en los años siguientes, Yeshua nos dijo que él nunca tuvo la intención de ser adorado, ni crear una religión centrada en torno a él, ni establecer una
...more