Las mujeres que tenían conocimiento sobre las antiguas tradiciones matriarcales eran percibidas como una amenaza, porque no podían ser controladas con facilidad, y también porque tenían poderes que el sacerdocio codiciaba para sí mismos. Por lo tanto, muchos de los hombres que ocupaban puestos de autoridad religiosa, despreciaban a las mujeres, generalmente como tentadoras, responsables de la caída de la humanidad y la corrupción de la carne. La mayoría de los esposos mantenían a sus esposas e hijas como posesiones, ignorantes y prácticamente esclavas, para sus placeres físicos y para que les
...more