Debes estar especialmente pendiente de la gente silenciosa; pide la intervención de quienes no han hablado. Puede tratarse de personas que están en desacuerdo pero que tienen miedo de disentir contigo en público (deben superar ese miedo), o tal vez sean del tipo brillante pero tímido. O quizás en verdad no tienen nada que decir, en cuyo caso tal vez no deberían estar en la junta.