Así que olvida la sabiduría convencional, confía en la imaginación y pregúntate qué podría suceder en tu industria en los próximos cinco años. ¿Qué podría cambiar con más velocidad y qué no cambiará en absoluto? Entonces, cuando tengas una idea de lo que podría traer consigo el futuro, te planteamos más preguntas difíciles a considerar.