Limpia tu bandeja de entrada constantemente. ¿Cuánto tiempo pasas mirando tu bandeja de entrada, sólo mientras decides qué e-mail responder a continuación? ¿Cuánto tiempo pasas abriendo y leyendo correos que ya has leído? Todo el tiempo gastado en pensar qué correo de tu bandeja de entrada debes revisar primero es un desperdicio.