Palomaleca

93%
Flag icon
Y no sabía cómo protegerla. Estaba muy quieta, con una cara finamente dibujada y unos ojos grandes, serenos, que me herían más que un reproche. Con su realismo y con todo su poder de frío análisis, ella misma se veía perdida, pero no lo decía; y esto era lo peor.
La forja de un rebelde
Rate this book
Clear rating
Open Preview