Palomaleca

4%
Flag icon
Sus parroquianos, carreteros y campesinos, saben desbocar los pellejos y beber a chorro en ellos los vinos broncos de 15 y 18 grados, que dejan la garganta seca de tanino y los labios morados de color. Son sus clientes pueblerinos, mujeres de sayas incontables y pomposas, muchachas quemadas del sol de las eras, con sus trajes de fiesta en sedas de colores rabiosos, y hombres cachazudos, con pantalón de pana que cruje al andar y zamarra de paño gordo con vueltas de piel de oveja; sobre la camisa deslumbrante de blanca, la faja negra, bolsillo que guarda un pañuelo verde, grande como vela de ...more
La forja de un rebelde
Rate this book
Clear rating
Open Preview