En las Cortes, Gil Robles hizo un discurso a la memoria de Calvo Sotelo que fue descrito oficialmente como una declaración de guerra. Prieto pidió a Casares Quiroga armar a los obreros y el ministro se negó. Las detenciones y las agresiones se multiplicaban en todos los barrios de Madrid. Los obreros de la construcción pertenecientes a la UGT siguieron trabajando en la Ciudad Universitaria bajo la protección de la policía, porque la CNT seguía sus agresiones contra ellos. Lujosos automóviles, con sus equipajes cubiertos cuidadosamente para no llamar la atención, abandonaban la ciudad en gran
  
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