Pero estos paisajes desolados bajo el sol de la canícula, tienen majestad. Los tres elementos son: sol, cielo y tierra, y los tres son despiadados. El sol es una llama viva sobre vuestra cabeza, el cielo un fanal luminoso de cristal azul que reverbera, y la tierra una planicie agrietada que abrasa al contacto. No hay paredes que den sombra, techos o enramadas que dejen descansar los ojos, fuente o arroyo que refresque vuestra garganta. El efecto es como si estuvierais desnudos y sin defensa en las manos de Dios: o vuestro cerebro se amodorra y se embrutece en una resignación pasiva, o adquiere
  
  ...more




