Palomaleca

75%
Flag icon
Odiaba el estar dando vueltas por Madrid sin hacer nada, como otros muchos millares, levantando un puño cerrado cuando pasaba un camión cargado de milicianos gritando «¡Viva tal!» o «¡Muera cual!» con la multitud que saludaba el paso del cadáver de un miliciano caído, envuelto en un paño rojo; y teniendo miedo constante de un error, de una denuncia o de un «paco».
La forja de un rebelde
Rate this book
Clear rating
Open Preview