More on this book
Community
Kindle Notes & Highlights
Quería tomar algo para atajarlo, no esa mariconada del Paracetamol,
Nada de todo sigue igual, nada es igual sin él, le odia, le echa de menos, hay un agujero enorme en ella, un viento más frío que el que soplaba desde Yellowknife sopla ahora a través de ella, el mundo está tan vacío y tan desprovisto de amor que no hay nadie en él para gritar tu nombre y traerte de vuelta a casa.
«El noventa y ocho por ciento de lo que nos pasa por la cabeza no es asunto nuestro».
Había descubierto que muchas cosas acerca de la muerte no te las contaban, y una de las importantes era el tiempo que tus seres queridos tardaban en morir en tu corazón.
Lisey se sintió embargada por el sempiterno anhelo de tenerlo a su lado, un anhelo que nunca se podría cumplir. Un abismo de necesidad.
Había llegado a creer que las cosas que el mundo pragmático desdeña por considerarlas efímeras, cosas como las canciones, la luz de la luna y los besos, eran en ocasiones las más duraderas. Tal vez fuera una chorrada, pero desafiaban el olvido.