Tras ser nombrados gerentes, todos empezamos con cierto grado de temor. Cuando somos nuevos en el cargo imaginamos lo que implica el trabajo para poder hacernos con él, y luego nos comparamos a nosotros mismos con el modelo que tenemos en nuestra mente. Sin embargo, el trabajo no responde nunca a lo imaginado. El truco consiste en olvidar todas las ideas preconcebidas sobre cómo «deberíamos» ser. Una forma mejor de medir nuestro éxito es examinar a las personas de nuestro equipo y fijarnos en cómo trabajan juntas. ¿Se unirán para resolver problemas importantes? Si la respuesta es sí, la
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